domingo, 14 de julio de 2013

Dios murió en El Diluvio

Génesis 6:1-8: “Aconteció que cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, los hijos de  ‘Elohim  vieron que las hijas del hombre eran hermosas, y tomaron para sí mujeres de entre todas las que habían escogido.
Entonces dijo  YHШH  : Mi Espíritu no permanecerá para siempre con el hombre, pues ciertamente él es carne, y sus días serán ciento veinte años. En aquellos días (y también después) los Nefilim estaban en la tierra, pues toda vez que los hijos de  ‘Elohim  se llegaban a las hijas de los humanos, les engendraban hijos. Estos eran los poderosos que desde la antigüedad fueron varones de renombre. Vio entonces  YHШH  que la maldad del hombre se había multiplicado en la tierra, y que toda forma de pensamiento de su corazón era solamente el mal continuamente. Y  YHШH  sintió pesar de haber hecho al ser humano en la tierra, y se entristeció en su corazón. Y dijo  YHШH  : Borraré de sobre la faz de la tierra a los seres que he creado, desde el humano hasta la bestia, el reptil y las aves de los cielos, pues me pesa haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de  YHШH  .
En la cosmología física existe una sola teoría cosmogónica y tres teorías post cosmogónicas que a juicio de Moisés- Isaías - Pablo, Homero - Hesíodo, Darwin - Oparin, y Friedmann – Lemaitre – Robertson – Walker, explican al ser humano el origen y la evolución del cosmos, con el fin de hacer entender cómo llegamos a ser lo que somos o cómo llegamos a estar aquí en el planeta Tierra. Sólo una teoría precisa la procedencia del Universo, las demás parten de su existencia, para después explicar su desarrollo.
La única teoría cosmogónica explica a través de Moisés en el Libro de Génesis, escrito hace 3.500 años aproximadamente, que  ‘Elohim  creó los propios Cielos y la propia Tierra, y además, cómo en seis días  ‘Elohim  - no en seis días de 24 horas -, crean y hacen los seres vivientes que existen y existieron, entre ellos, primordialmente se desarrolla la historia de la formación del ser humano; y singularmente explica cómo en el día actual, en este séptimo día  ‘Elohim  descansan de su creación. Esto a su vez explica claramente, porqué no se ha vuelto a crear nada nuevo.
Moisés escribe en el Libro de Job (38:7), que en la fundación de la Tierra los ben  ‘Elohim  o “los hijos de  ‘Elohim  daban gritos de júbilo”.
Isaías (40:22) explica que  YHШH  “extendió los cielos como un velo, y los desplegó como tienda que se habita”; “así dice  Ha-’El  YHШH  , que creó los Cielos y los desplegó, que afirmó la Tierra y cuanto en ella brota, que da aliento a la gente que la habita, y espíritu a los que caminan por ella” (42:5); y sobre los postreros tiempos profetiza “Todo el Ejército de los Cielos se consumirá, y como un rollo se enrollarán los Cielos, y caerán todas sus huestes, como cae la hoja de la vid, como el higo cae de la higuera (34:4).
Y en referencia a los postreros tiempos, Pablo escribe: “Y cuando le hayan sido sometidas todas las cosas, entonces también el  Hijo  mismo se sujetará al que le sujetó a  Él  todas las cosas, para que  ‘El  sea todo en todos. (1ª Carta a los Corintios 15:28)
La primera teoría post cosmogónica entronizada por Homero y Hesíodo hace 2.750 años aproximadamente, inicia su explicación considerando la existencia de Gea (la Madre Tierra) como una figura elemental del cosmos, al cual en su estado primigenio llaman Caos, sin que tenga relación directa con la aparición increada de Gea.
Gea concibe por sí misma a Urano (el Cielo), y entre ellos, Urano y Gea, conciben la primera generación de Nefilim (nombre común plural hebreo) o Titanes (nombre común plural español).
Crono o Cronos fue considerado como la figura principal de la primera generación de Titanes o Nefilim, y de su unión con Rea engendró al Titán o Nefilim que destronó a los demás, aquél a quien consideraban el rey de Olimpia: Zeus en griego, Deus en latín, Dios en español (cuyo nombre dio lugar al genitivo Teos, de donde proceden las palabras Teogonía, Teología, Teosofía, Teodicea, Teocracia, Teobroma y Teomanía).
La segunda teoría cosmogónica de la Evolución por Selección Natural inicialmente concebida por Darwin hace 160 años, procura explicar el origen de los seres vivientes arraigándose en una figura elemental denominada Ley General, que explícitamente conlleva una figura derivada: Selección Natural.
La figura Selección Natural se define como un fenómeno o proceso evolutivo que lleva inherente una ley general, mediante la cual la población biológica mejor adaptada supera y desplaza a la peor adaptada, porque la reproducción genotípica actuó a su favor durante sucesivas generaciones y las mutaciones favorables se transmitieron a sus descendientes.
Unos años después Darwin concluía que “el hombre desciende de alguna forma altamente menos organizada”.
El asunto de encontrarle una explicación a Selección Natural fue pensada por Oparín hace 90 años, y para hacerlo utilizó una nueva figura elemental tácitamente denominada Azar: el fabricante oculto de sopas o caldos de cultivo de aminoácidos y proteínas, coloides, coacervados y nucleoproteínas, a partir de la combinación de agua, altas temperaturas, rayos ultravioleta y descargas eléctricas.
Otros científicos contemporáneos alegraron la teoría, advirtiendo que con la existencia de nucleoproteínas aparecieron entonces los ácidos nucleicos y consecuencialmente la nueva figura elemental: Información (similar a Ley General), la cual fue capaz por sí misma de crear membrana celular y seres unicelulares.
Y finalmente, con el surgimiento de nuevas figuras elementales llamadas Competencia y Rapidez, Azar produce una combinación de Información – Competencia – Rapidez, para crear a Selección Natural, la figura primigenia de Darwin.
La tercera teoría post cosmogónica denominada científicamente como La Gran Explosión (Big Bang), parte de la figura elemental Universo, caracterizada por estar en movimiento y constante evolución expansiva o contractiva, determinar su propia dimensión explosiva, y formar cuerpos siderales en las regiones donde la materia es más densa. El marco teórico lo idearon primariamente Friedmann – Lemaitre – Robertson – Walker desde hace 90 años, y ha sido sustentado por una decena de científicos en las últimas décadas.
Esta teoría no explica la procedencia de Universo, sino que per se existe.


A diferencia de la teoría cosmogónica que inicia con un  Ser Inteligente  que da existencia a lo conocido y desconocido de nuestro entorno cercano o lejano finito o infinito, entre ella la existencia del ser más importante de la Tierra: el ser humano, las otras teorías parten de figuras elementales concebidas por la mente humana como circunstancias preexistentes, cuales son Caos, Azar, Universo, con el propósito de certificar una aparente verdad que les explique la realidad circundante.
Sin embargo, lo que a todas luces resulta aberrante es que se tome una figura derivada de la teoría post cosmogónica griega, hablo del Nefilim o el Titán Zeus, para introducirlo en la cosmogonía hebrea como el supuesto Creador de los propios Cielos y de la propia Tierra, bajo el genitivo griego Teos.
Este hecho aberrante se registra primeramente al tiempo en que los judíos de habla griega tradujeron las Escrituras Hebreas al Canon Griego, Biblia Septuaginta o Biblia de los Setenta o Biblia Alejandrina hace 2.260 años.
Aberración que se ha transmitido indignamente a los idiomas que influencian las dos Iglesias Católicas en el mundo (Santa Iglesia Católica, Apostólica, Romana y Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia), traduciendo la palabra hebrea  ‘Elohim  como Teos en griego, Dios en español, Dieu en francés, Dio en italiano y esperanto, Deus en latín, portugués y gallego, Déu en catalán.
Sin ahondar en el prejuicio de no compartir las siguientes traducciones, resaltamos el hecho de que los siguientes idiomas no cayeron en la anterior aberración, y utilizaron God en ingles y holandés, Gott en alemán, Gud en danés, sueco y noruego, Jumala en finlandés, Бог en ruso, Buh en checo, Zot en albanés, y Bog en polaco, bosnio, croata y esloveno.
Por último, precisemos que los ben  ‘Elohim  o hijos de  ‘Elohim  o ángeles que desobedecieron, que no guardaron su estado original, sino que abandonaron su propia morada, hoy son espíritus encarcelados en prisión abismal, reservados para juicio, pues son inmortales. Pero sus hijos Nefilim o Titanes sí murieron en El Diluvio.
Zeus o Dios murió en El Diluvio, pero a este muerto se le quiere revivir, inmortalizar y convertir en un ser supremo en las traducciones bíblicas al griego, español, francés, italiano, esperanto, latín, portugués, gallego y catalán. ¡Prestemos gran atención a esta magna aberración!
 

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