sábado, 7 de enero de 2012

¿Quién puso la estrella que guió a los Magos?

El relato sagrado sobre la visita de unos magos a la casa donde estaban María y el niño nos deja claro siete cosas: Los visitantes no eran Reyes sino solamente Magos u Horoscopistas o Astrólogos, solamente los Magos vieron la estrella, no se menciona que los Magos fueran tres sino que algunas personas hacen esa deducción basados en el número de regalos (oro, incienso y mirra), el lugar donde se detuvo la estrella en Belén señala una casa no una pesebrera, cuando la visita de los Magos ya el niño tenía aproximadamente dos años y no estaba recién nacido como se pinta, de José no se dice que estuvo presente durante la visita de los Magos, y quien puso la estrella en el firmamento no sabía exactamente donde nacería el niño ni interpretaba fielmente las Sagradas Escrituras.
El relato sobre los Magos está precedido de estos otros relatos: 1. El matrimonio de José y María consistente en lo fundamental: “dejará el varón a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne” (Génesis 2:24); por eso, después del acuerdo matrimonial, sencillamente, “tomó a su mujer” (Mateo 1:24). 2. Se hace la aclaración de que José no tuvo coito con Miriam (prefiero el hebreo Miriam al español María), hasta que ella parió a Jesús (  YAHshua  ), el primogénito, el varón que abrió la matriz de Miriam (Mateo 1:25); es decir, aclara cuando fueron una sola carne. 3. Se casan en Nazaret, pero tienen al niño en Belén, cumpliéndose la profecía dada por el profeta Miqueas: “Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.” (Miqueas 5:2) 4.  YAHVEH  le manifestó a unos pastores de la región el nacimiento del Mesías, por medio de un ángel, y la alabanza de una multitud de ángeles.
Ahora cabe preguntarnos: ¿Quién avisó a los Magos que el Rey de los judíos había nacido? ¿Quién puso una estrella en el oriente, para que los contempladores de estrellas dieran su pronóstico?
La respuesta es: un rúakj[1] viviente. ¿Un rúakj viviente bueno o malo? Un rúakj viviente malo, de esos que se presentan en asamblea ante  YAHVEH  junto con los rúakj vivientes buenos, y que forman la tercera parte de los ángeles dirigidos por Satanás, el gran dragón, la serpiente antigua, el llamado diablo, acusador de nuestros hermanos día y noche delante de  YAHVEH  , engañador del mundo entero, los cuales después de una lucha contra Miguel[2] y sus ángeles serán expulsados del Cielo y arrojado a la Tierra en el día del Señor (Job 1:6; 2:1. 1º de Reyes 22:19. Revelación o Apocalipsis 1:10; 12:1-17)
En las Sagradas Escrituras se nos advierte de no practicar la magia o la astrología (Levítico 19:26. Deuteronomio 18:11. 2º de Crónicas 33:6), y concordante con el relato sagrado central en comento, se deduce que Satanás y sus ángeles no interpretan fielmente la escritura sagrada y son los seres vivientes de posición superior que pudieron avisar a sus homólogos en maldad: los Magos, conduciéndoles primero donde el enemigo: el rey Herodes, para que posteriormente, interpretadas las escrituras sagradas por los sacerdotes y escribas de Israel, conducir a los Magos hasta la casa donde estaban  YAHshua  y Miriam en Belén, y que tras la advertencia onírica de  ‘Elohah  de no volver a Jerusalem, se desencadenara la matanza de niños menores de dos años, según el tiempo de aparición de la estrella; matanza profetizada por el profeta Jeremías (Jeremías 31:15).
Definido el personaje que puso la estrella que guió a los Magos, la última pregunta que sobreviene es: Si un rúakj viviente malo guió a unos Magos (almas[3] vivientes malas) en procura de la muerte del Mesías ¿Por qué el afán de la iglesia de mostrar a estos Magos, Horoscopistas o Astrólogos, practicantes de magia o astrología, como personas buenas?

Evangelio de Mateo capítulo 2 versículos 1 al 18
Después que  YAHshua  nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos Magos del oriente llegaron a Jerusalem, diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque vimos su estrella en el oriente y vinimos a adorarlo. Pero al oír esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalem con él, y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntaba dónde había de nacer el Mesías, y ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre los príncipes de Judá, porque de ti saldrá un Caudillo que apacentará a mi pueblo Israel”.
Entonces Herodes, llamando en secreto a los Magos, indagó diligentemente de parte de ellos el tiempo de la aparición de la estrella, y enviándolos a Belén, dijo: Id, informaos diligentemente acerca del niño, y tan pronto como lo hayáis encontrado, avisadme para que yo también vaya a adorarlo.
Después de oír al rey, ellos se fueron, y he aquí la estrella que vieron en el oriente los precedía, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño, entonces al ver la estrella, se regocijaron con un grande gozo, y entrando en la casa, vieron al niño con su madre Miriam, y postrándose lo adoraron; luego abrieron sus tesoros y le ofrecieron como presentes oro, incienso y mirra; pero siendo advertidos en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Después que ellos regresaron, he aquí un ángel del Señor se aparece en sueños a José, diciendo: Al levantarte, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga, porque Herodes está buscando al niño para destruirle; y él, levantándose, tomó de noche al niño y a su madre y se fue a Egipto, y allá se quedó hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo dicho por el Señor mediante el profeta, cuando declara: “De Egipto llamé a mi hijo”.
Herodes, al verse burlado por los Magos, se enfureció sobremanera, y enviando soldados, mató a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, conforme al tiempo que había indagado de los magos.
Cumplióse entonces lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: “Una voz fue oída en Ramá, llanto y gran lamentación: Raquel llorando por sus hijos, y no quería ser consolada, porque ya no existen”.




[1] Rúakj: vocablo hebreo con varias acepciones españolas como espíritu, aire, viento, espectro, éter.
[2] Miguel: el único arcángel mencionado en las Sagradas Escrituras.
[3] Néfesh kjai: alma viviente.

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